“¿Cómo? Yo puedo creer lo que quiera y no le hace daño a nadie.”

Lamento decirte que eso no existe.

No hay tal cosa como una creencia u opinión privada. Porque todos transmitimos nuestras creencias al actuar o al comunicarnos e influyen a otros.

Durante miles de años las falsas creencias han afectado al mundo.

  • Una creencia religiosa hizo que quemaran la biblioteca de Alejandría y se retrasara el avance de la humanidad en años.
  • Una creencia hizo que 39 personas del culto Heaven’s gate se suicidaran porque pensaban que así iban a entrar a una nave extraterrestre que los iba a llevar al reino del cielo.

Incluso las creencias más simples también pueden afectar.

En 1963 se introdujo la vacuna contra el sarampión y durante 20 años en México y Estados Unidos no hubo nuevos casos de contagio.

Lamentablemente, en 1998 se publicó un estudio que decía que la vacuna estaba asociada al autismo.

Aunque posteriormente ese trabajo fue desacreditado por diferentes estudios científicos, varias personas dejaron de vacunar a sus hijos por esa creencia.

Como resultado, el sarampión volvió. Así como las paperas y otras enfermedades que ya estaban prácticamente erradicadas.

Muchas vidas se ponen en peligro por creencias que no tienen evidencias que las respalden.

Lo mismo pasa con la falsa creencia de que el calentamiento global no existe.

El mundo está lleno de personas que tienen creencias sin ninguna evidencia.

Y no solo eso, buscan convencer a otras personas de creer lo que ellos creen.

Es erróneo creer, defender y compartir algo, sin evidencia.

Tus opiniones y creencias SI tienen el potencial de dañar a otros y a la sociedad.

A esto se le llama responsabilidad epistemológica.

Si no tenemos evidencia, estamos moralmente obligados a cuestionar nuestras creencias y no emitir juicios hasta tener suficiente información.

Vivimos en una época donde puedes investigar las cosas. El problema es que somos flojos o sólo buscamos la información que confirma lo que ya sabemos.

Se llama sesgo de confirmación.

No somos capaces de tener mentalidad abierta y ver información que cuestiona lo que creemos porque lo tomamos personal.

Y sí, este es un mensaje sobre todo para gente con influencia en redes sociales.  Su responsabilidad de comunicar cosas es mayor.

Un aplauso a las personas  capaces de escuchar información contraria a sus creencias, capaces de cuestionarse y capaces de aceptar cuando están equivocadas.


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