Todos queremos una vida plena y libre de dolor.

Al mismo tiempo, supongo que todos queremos un mundo mejor, ¿cierto?

Lamentablemente hay conflictos en nuestra vida y en el mundo. ¿Cómo lo cambiamos?  

La clave está en no hacerle caso a tu mente (tampoco a tu intuición o corazón).  

Repito, no le hagas caso a tu juicio y lee por qué lo digo.

Imagina que estás manejando y alguien se te mete bruscamente. ¿Cuál es tu primer pensamiento?

¡Es un idiota! Y le tocas el claxon...

¿Realmente es un idiota? ¿Es un pensamiento verdadero y objetivo?

Tal vez, o puede ser que había algo en el camino que esquivó o tal vez tenían diarrea y tenían que llegar lo antes posible.

Las opiniones, juicios o historias que nos contamos de lo que pasa en el mundo,

de la gente o de nosotros mismos, muchas veces están distorsionadas por nuestras emociones.

En ese momento en el que el coche se nos metió, sentimos miedo y enojo.

Vimos a la persona como una amenaza y el cerebro responde para sobrevivir. ¡Para eso está diseñado!

El problema es que cualquier pensamiento posterior que tenemos, será desde la emoción anterior.

Antes de ser seres racionales, somos seres emocionales.

Las señales de los sentidos pasan primero por nuestra amígdala y luego por nuestra corteza prefrontal (la zona del cerebro encargada de razonar).

La amígdala es como la agencia de seguridad del cuerpo. Cuando percibe estrés, dolor o miedo, actúa como si realmente estuviera en peligro.

Se prenden todas las alarmas del cuerpo y entramos en estado de huir o pelear.

Nuestra amígdala toma control y nuestra corteza prefrontal se apaga.

Cuando pasa esto, todos los pensamientos que tenemos son desde la emoción.

Desde ese estado, solemos tratar de encontrar argumentos que encajen con nuestra percepción emocional.

Buscamos cualquier información que compruebe nuestras creencias.

  • Si hay emoción y creemos que Santa es real, vamos a encontrar argumentos.
  • Si queremos comprobar porque la tierra es plana, vamos a encontrar argumentos.

Para resolver los retos que tenemos en nuestra vida y como sociedad, hay que buscar cuestionarnos primero.

  1. Observar la emoción que tenemos. 2. Respirar, calmarse, tener apertura y cuestionarse. 3. El pensamiento o intuición sin emoción es certero.

¿Quieres aprender a cuestionarte y conocerte mientras conectas con la gente que quieres?

Estas barajas con 52 preguntas te encantarán: click aquí

Para Colombia aquí: click aquí

Para Chile aquí: click aquí

Compartir esta publicacion