Mito #1: Ser emocional es signo de debilidad

De los mitos sobre las emociones, este es el más peligroso.

Esta creencia provoca que todas las emociones se guarden y no se expresen.

Lo malo es que no desaparecen, se guardan en el subconsciente y desde ahí se sigue actuando.

Provoca culpa, vergüenza e impide un manejo saludable de las emociones.

Hablar de sentimientos, dolores y ser vulnerable con lo que sientes no te hace débil, ¡al contrario!

La sociedad vive en los dos extremos: o reprimimos y evitamos las emociones por completo o nos sobrepasan y controlan.

La vulnerabilidad y sensibilidad es una fortaleza cuando aprendes a escuchar, expresar, entender tus emociones y además, no actúas desde la emoción.


Mito #2: Tienes que hacerle caso a tu emoción

¿Es bueno hacerle caso a nuestro corazón o seguir nuestra intuición?

Hemos confundido las enseñanzas y creemos que nuestras emociones siempre hablan la verdad.

Las emociones son señales bioquímicas que nos ayudan a evitar el dolor y buscar placer.

Las emociones están diseñadas para hacerte sobrevivir. Por ejemplo, te dicen que el perro es peligroso, aunque eso no sea verdad.

Muchas veces la emoción no es una percepción real y objetiva del mundo.

La mayoría del tiempo pensamos y razonamos desde la emoción.

Eso hace que probablemente nuestras ideas sólo sean creencias y percepciones.

Tenemos que buscar razonar sin emoción. La verdadera intuición es cuando NO hay emoción de por medio.


Mito #3: Hay que tener buena actitud y buscar estar siempre felices.

No siempre tienes que estar feliz. ¡Las emociones que no son placenteras también son importantes!

Está bien y es normal sentir tristeza, enojo o miedo. Lo importante es entender de dónde viene la emoción, aprender y hacer cambios.

Reprimir, guardar todo y buscar siempre aparentar felicidad no es sano.


Mito #4: Así soy y no cambiaré.

Es cierto. Hay eventos que nos marcan y dejan una emoción profunda en nosotros.

Si esa emoción no se observa, entiende y trabaja, es muy probable que se quede contigo toda la vida y se convierte en tu personalidad.

Por eso hay personas que siempre están enojadas. La buena noticia: ¡no somos nuestras emociones! La emoción se puede cambiar si estamos dispuestos.


Mito #5: Es mejor ser racional que emocional.

Sí, es mejor razonar sin emociones y en muchos casos es mejor no actuar desde la emoción.

Pero eso no significa que sea mejor ser racional. Sin emociones no podríamos evitar el peligro, no podríamos relacionarnos, no podríamos tener compasión o empatía y no podríamos disfrutar de la vida.

No es una o la otra. ¡La sociedad necesita un balance!


Mito #6: La meta es la felicidad.

Nuestro cerebro no está diseñado para ser plenos.

Nuestro cerebro evolucionó durante años para hacernos sobrevivir.

Cuando creemos que nuestro objetivo es ser felices, acabamos buscando placer instantáneo, incluso cuando esos hábitos nos hacen daño a la larga.  

“Pero me hace feliz y para eso estoy vivo”. ¿Qué tal si la meta es la plenitud a través del crecimiento y la expansión?


¡Hola! Soy Sebastian N. Struck
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