Creemos que ninguna persona feliz debería sentirse en soledad.

Vemos la soledad como algo negativo y esperamos que no nos pase.

La realidad es que, ¡ya estamos solos! Sentir soledad es una realidad intrínseca de nuestra vida.  Es un sentimiento inevitable para un ser humano inteligente y sensible.


1.Nadie es como tú.

Buscamos acabar con la soledad al sentirnos entendidos.  

Buscamos vernos reflejados en los demás y esperamos que todos sean como nosotros o tengan los mismos gustos,  pensamientos y  acciones.

¡Es imposible! Aparecimos en el mundo en diferentes momentos, con circunstancias distintas y somos productos de experiencias y familias diferentes.

Por lo mismo todos tenemos un contenido diferente en nuestras mentes. Como resultado, siempre habrá una sensación de soledad.

Muchas veces no comunicamos aquello que nos hace diferentes justamente porque queremos encajar y queremos que nos acepten.

Paradójicamente no comunicar lo que nos hace únicos y diferentes es lo que nos desconecta.

Tenemos que aceptar nuestra soledad e individualidad para poder experimentar unidad.


2.Buscamos ser entendidos, en vez de entender

Sentimos que las demás personas son incapaces de entendernos y ver quienes somos realmente, ¡y es cierto!

Rara vez  la gente escucha a la otra persona para entender sus experiencias y sus emociones. Cuesta trabajo ponerse en los zapatos de alguien más.

No culpes o te sientas mal por eso. La gente suele ser el centro de su mundo y de su conversación. Suelen buscar ser entendidos.

Hay que comprender que para que alguien nos conozca profundamente, primero se tiene que conocer a ellos mismos.

Esperar a sentirnos entendidos por los demás para no sentir soledad es poner nuestra felicidad en manos de alguien más.

Busca entender y sentirás conexión.


3.Acepta la soledad

Nacemos y morimos solos. Tenemos que aprender a sobrellevar la soledad, no podemos pelearnos con un hecho de la naturaleza humana.

La soledad es un precio inevitable que hay que pagar por tener complejidad mental.

Aceptar las diferencias y soledad es una señal de profundidad.

Aceptar la soledad nos da una personalidad, opinión propia y puntos de vista propios.

Aceptando la soledad somos capaces de ser diferentes y vulnerables.

Paradójicamente esto nos permite crear conexiones más interesantes y profundas.

Acabamos siendo personas únicas acompañándonos en esa individualidad.

Sobrellevar la soledad es mejor que sufrir los compromisos de una falsa compañía.

Aceptar la soledad, puede inspirar creatividad.

Podemos comunicar, cantar, escribir o crear poesía y arte. Actividades que nacen de buscar expresar nuestra esencia.

Cuando admitimos nuestra soledad entramos a un club privilegiado de genios y personas únicas que se expresan a través de su arte.


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