¿Cuando ya no eres feliz? ¿Cuando no hay entendimiento? ¿Cuando hay muchas peleas?

Hay mucho contenido escrito sobre señales que tienes que observar.

La realidad es que muchas veces la relación se puede arreglar y puede ser mejor que antes…

Pero también es cierto que en otras ocasiones, arreglar la relación se siente como tratar de pegar un plato que está roto en mil pedazos.

Sin importar cuánto trates de pegarlo, tal vez es mejor encontrar un plato nuevo.

¿Cómo saber diferenciar ambas situaciones?

Hay muchas personas que están en relaciones que tal vez debieron soltar hace tiempo.

Tal vez conoces a alguien así.

Nuestra expectativa es que la relación permanezca y dure, pero a veces el resultado más sano es que la relación se acabe.

Que dos personas se amen no es razón suficiente para que tengan que estar juntos.

¿Cómo distinguir cuándo es bueno y mejor que acabe?

1.Cuando no están a bordo ambos.

Si ambas personas no están dispuestas a mejorar y hacer cambios, entonces es imposible que se arregle.

Ambas partes tienen que tomar responsabilidad y crear cambios.

Debe de haber un historial de cambio y mejora para decidir seguir.

De nada sirve decirlo, se necesita acción.

2.Cuando conocen el origen del problema y no ha tenido arreglo.

¿Ya conocen el verdadero origen del problema? ¿Ya tuvieron ayuda profesional para descifrarlo?¿Ya se han explicado porque están infelices o heridos?

Si ya conocen el origen y ya lo han hablado muchas veces tranquilamente sin echarse la culpa y no hay cambio, es tiempo de tomar otro camino.

3.¿Es algo que se puede arreglar?

¿Es una acción o algo del pasado que puede cambiar? Se pueden cambiar hábitos o preferencias, pero hay ciertos valores o estilos de vida que la gente no cambiará.

No es que no haya amor y eso es lo que duele.

Duele darse cuenta que no se pueden dar lo que cada uno necesita.

Hace daño exigir que se cumplan las expectativas o los cambios si la otra persona no puede o no está dispuesta.  

Pero también hace daño permanecer en un lugar en donde no se recibe lo que uno necesita.

Aunque haya amor y ganas de encontrar la manera de quedarse, no se puede comprometer el bienestar.

Ambas personas merecen lugares que les ayuden a crecer. Hay veces que no se pueden dar eso el uno al otro.  

Hay veces que por quererte y querer a la otra persona, es mejor dejarse ir.

No desde el conflicto, sino desde el agradecimiento.


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