Puede ser increíblemente doloroso sentir que no eres querido y que te rechazan.

De hecho, estudios de resonancia magnética han descubierto que el rechazo activa las mismas zonas del cerebro donde se procesa el dolor físico.

¿Por qué el rechazo duele tanto? ¿Cómo podemos manejar ese dolor?

El rechazo es cuando percibimos que otros no valoran la conexión social con nosotros.

Tal vez cuando nos abandona una pareja romántica, nos excluyen de un grupo o sentimos que no quieren un vínculo con nosotros.

Mientras más valoras una relación, más dolor causa el rechazo.

Lo extraño es que el rechazo de completos desconocidos también duele, ¿por qué?

Así como el dolor físico sirve para avisarte de una posible amenaza, el rechazo es un dolor emocional para avisarnos de una amenaza a nuestro bienestar social.

Nuestros ancestros vivían en pequeñas manadas y su supervivencia dependía de todos los miembros.

Cada conexión era importante para lograr vivir y estar a salvo.

Evolucionamos para percibir el rechazo de cualquiera como una amenaza a nuestra seguridad.

Entonces, ¿cómo podemos procesar el dolor una vez que experimentamos rechazo?

Prueba hacerte estas preguntas:

¿Es una persona cercana y valoras su opinión? ¿o es un conocido?

¿Este rechazo realmente importa? ¿Es objetiva su visión? ¿o más bien su percepción habla más de la otra persona que de mi?

El rechazo duele más por la percepción que se tiene de uno mismo.

Cuando hay baja autoestima o poca confianza, es cuando el rechazo duele aún más.

Cuando hay poca autoestima, incluso puedes interpretar reacciones neutrales como rechazo.

Es bueno reflexionar sobre la imágen que tienes de ti mismo y preguntarte si realmente te están rechazando a ti si en realidad es un tema de la otra persona.

Tal vez simplemente buscan algo diferente de la relación, no tienen capacidad para ver tu valor o ellos están pasando por dolor y solo se están reflejando.

El rechazo no significa que hay algo mal en ti, pero en muchas ocasiones puedes usar ese dolor para observar las áreas que puedes mejorar.

Recuerda, al final el dolor es un mensaje para hacerte sobrevivir y para que tengas seguridad a través de conexiones sociales.

La cura al rechazo tal vez es justamente lo que el cerebro busca:  cultivar conexiones sociales.

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¿Quieres conectar profundamente con otras personas desde la completa aceptación?

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